Reseña del concierto
Saxon + Motörhead + Judas Priest
Por Foleranser
Tras varios contratiempos graves, llegamos a Barcelona, dos horas más tarde de lo planeado, nos alojamos en el hotel, ya con nuestro uniforme de guerra (una camiseta de Motörhead y unos pantalones con suficientes bolsillos como para proteger la cartera de las posibles manos largas de la multitud), tras un rato de descanso cogemos el metro y llegamos al lugar veinte minutos antes de la apertura de puertas. Entramos, y justo cuando uno de nosotros preguntaba quien actuaría primero, cruzamos la puerta de la pista y allí estaba el escenario, con el logotipo de Saxon respondiendo su pregunta. A pesar de la larga cola nos pudimos situar en un punto realmente cercano al escenario y que fuimos capaces de mantener a lo largo de los tres conciertos.
19h de la tarde, Saxon suben al escenario, saludan con un "Bona nit Barcelona" y empiezan con Hammer of the Gods, una de las pocas canciones que había escuchado del grupo antes del concierto. Fue un concierto muy corto, duró sólo una hora, pero sonaron grandes éxitos como Motorcycle Man, Crusader, Chasing the Bullet que nos hicieron saltar y gritar como locos y Wheels of Steel con la que se despidieron por todo lo alto.
Terminó la actuación y vimos salir a los técnicos, que desmontaron la batería de Nigel Glocker y encendieron un amplificador que tenía escritas las palabras "Murder One", eso sólamente podía significar una cosa, que el siguiente grupo en actuar iba a ser Motörhead.
Tras media hora de espera aparecen en escena Lemmy Kilminster, Phil Campbell y Mikkey Dee, tras su típico "We are Motörhead, and we play Rock n Roll" hacen sonar un riff inconfundible, empezaron la fiesta con Iron Fist para continuar con Stay Clean. Durante todo el concierto mantuvieron su filosofía "Everything Louder than Everything Else" (todo más alto que todo lo demás), cosa que hizo que el sonido no fuera muy bueno (pero tampoco fue malo). Esperábamos un concierto de una hora y media, lo habitual para Motörhead, pero al igual que Saxon solo duró una hora, aunque eso no le impidió tocar canciones que nunca faltan en sus conciertos como Ace of Spades y Overkill, clásicos como Going to Brazil, Over the Top o Metropolis y canciones de su último disco (The World is Yours) como I Know how to Die y Get Back in Line, sin olvidarnos tampoco del magistral solo de batería ejecutado por el siempre genial Mikkey Dee, que nos mantuvo con las miradas fijas sobre él durante 6 minutos y que le hizo merecedor de un enorme aplauso. A las 21.30 de la tarde abandonan el escenario para dar paso al plato fuerte del concierto.
En este caso la espera fue más larga, estuvimos algo más de una hora esperando, algo comprensible, dado que había muchas cosas que preparar. De repente se apagaron las luces del Pavelló Olímpic de Badalona y mientras se abría el telón sonaba el himno de batalla (del álbum Painkiller), al terminar, se encendieron los focos del escenario de repente, dejando ver a la banda de Rob Halford quienes empezaron a tocar Rapid Fire. Con una espectacular puesta en escena y un sonido brutal, Judas Priest hicieron las delicias del público durante las más de dos horas de concierto. Durante toda la actuación estuvieron interactuando con el público, contando detalles sobre las canciones, haciéndonos gritar, o incluso haciendo que fuera el público quien cantara entera Breaking the Law, mientras ellos hacían la música. A pesar de estar cansados despues de las actuaciones de Saxon y de Motörhead, los Judas fueron capaces de hacernos sacar fuerzas para saltar junto a los miles de asistentes al evento y gritar como posesos. Tras una gran actuación con canciones como Judas Rising, una versión más tranquila (pero igual de buena que la original) de su Diamonds and Rust, Turbo Lover, Starbreaker, Painkiller o Electric Eye (entre otras que me dejo, que son igualmente geniales, pero no voy a mencionar por no alargarme más), tocaron You've Got Another Thing Coming, se despidieron y abandonaron el escenario todos menos el batería, Scott Travis, quien nos pidió que gritásemos para hacer volver a los demás, una vez hecho esto, volvieron todos y ya terminaron (esta vez sí) con Living After Midnight, que fue la que acabó también con todas nuestras energías.
Abandonamos el lugar casi a la 1 de la madrugada, agotados, pero satisfechos, aquella fue una noche que será difícil de olvidar, tres grandes conciertos que nos hicieron disfrutar como niños pequeños.
19h de la tarde, Saxon suben al escenario, saludan con un "Bona nit Barcelona" y empiezan con Hammer of the Gods, una de las pocas canciones que había escuchado del grupo antes del concierto. Fue un concierto muy corto, duró sólo una hora, pero sonaron grandes éxitos como Motorcycle Man, Crusader, Chasing the Bullet que nos hicieron saltar y gritar como locos y Wheels of Steel con la que se despidieron por todo lo alto.
Terminó la actuación y vimos salir a los técnicos, que desmontaron la batería de Nigel Glocker y encendieron un amplificador que tenía escritas las palabras "Murder One", eso sólamente podía significar una cosa, que el siguiente grupo en actuar iba a ser Motörhead.
Tras media hora de espera aparecen en escena Lemmy Kilminster, Phil Campbell y Mikkey Dee, tras su típico "We are Motörhead, and we play Rock n Roll" hacen sonar un riff inconfundible, empezaron la fiesta con Iron Fist para continuar con Stay Clean. Durante todo el concierto mantuvieron su filosofía "Everything Louder than Everything Else" (todo más alto que todo lo demás), cosa que hizo que el sonido no fuera muy bueno (pero tampoco fue malo). Esperábamos un concierto de una hora y media, lo habitual para Motörhead, pero al igual que Saxon solo duró una hora, aunque eso no le impidió tocar canciones que nunca faltan en sus conciertos como Ace of Spades y Overkill, clásicos como Going to Brazil, Over the Top o Metropolis y canciones de su último disco (The World is Yours) como I Know how to Die y Get Back in Line, sin olvidarnos tampoco del magistral solo de batería ejecutado por el siempre genial Mikkey Dee, que nos mantuvo con las miradas fijas sobre él durante 6 minutos y que le hizo merecedor de un enorme aplauso. A las 21.30 de la tarde abandonan el escenario para dar paso al plato fuerte del concierto.
En este caso la espera fue más larga, estuvimos algo más de una hora esperando, algo comprensible, dado que había muchas cosas que preparar. De repente se apagaron las luces del Pavelló Olímpic de Badalona y mientras se abría el telón sonaba el himno de batalla (del álbum Painkiller), al terminar, se encendieron los focos del escenario de repente, dejando ver a la banda de Rob Halford quienes empezaron a tocar Rapid Fire. Con una espectacular puesta en escena y un sonido brutal, Judas Priest hicieron las delicias del público durante las más de dos horas de concierto. Durante toda la actuación estuvieron interactuando con el público, contando detalles sobre las canciones, haciéndonos gritar, o incluso haciendo que fuera el público quien cantara entera Breaking the Law, mientras ellos hacían la música. A pesar de estar cansados despues de las actuaciones de Saxon y de Motörhead, los Judas fueron capaces de hacernos sacar fuerzas para saltar junto a los miles de asistentes al evento y gritar como posesos. Tras una gran actuación con canciones como Judas Rising, una versión más tranquila (pero igual de buena que la original) de su Diamonds and Rust, Turbo Lover, Starbreaker, Painkiller o Electric Eye (entre otras que me dejo, que son igualmente geniales, pero no voy a mencionar por no alargarme más), tocaron You've Got Another Thing Coming, se despidieron y abandonaron el escenario todos menos el batería, Scott Travis, quien nos pidió que gritásemos para hacer volver a los demás, una vez hecho esto, volvieron todos y ya terminaron (esta vez sí) con Living After Midnight, que fue la que acabó también con todas nuestras energías.
Abandonamos el lugar casi a la 1 de la madrugada, agotados, pero satisfechos, aquella fue una noche que será difícil de olvidar, tres grandes conciertos que nos hicieron disfrutar como niños pequeños.
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